Disidir, sí, yo disido. Cada vez que me plantean una disidencia, yo disido.
Pero ya en su momento disidí. Y creo que disidiré, a medida que pasen tantas cosas en qué disidir. Y desidiré sin remedio. Yo disido de toda esta podredumbre que nos asalta cada día. Solo pido que también ustedes disidan.