Clamores

viernes, 25 de marzo de 2022

No es un mal número el13

 



Quien me conoce sabe que me gustan los números.

Pero también saben que no soy un gran calculador de estos, ni mucho menos.

Me gustan, seguramente, por la posibilidad que observo en sus formas.

Es algo parecido a lo que me sucede con la música en general, que suelo ver vas allá de las notas que en un pentagrama escriben los compositores.

Veo en esos pentagramas, formas que existen en la vida real.

Volviendo al número que encabeza esta reflexión si lo tumbo, puede ser una cama, una mesa, y posiblemente un acueducto.

Conclusión: no es un mal número el 13.


viernes, 18 de marzo de 2022

Merece la pena vivir

 

Recordando fechas pasadas, algunas muy lejanas, me producen sonrisas, me producen tristeza, alguna satisface mi ego, otras ni fu ni fa, pero el resumen, a pesar de los pesares, me gustan.

Bien es cierto que algunas cosas sucedidas, mejor que no hubiera pasado, pero por mucho que queramos controlar, la mayoría de las veces, suceden, sí o sí.

Esa cinta rápida que repaso cómo ha ido mi vida, tengo que decir que, a pesar de los pesares, merece la pena vivir.



viernes, 11 de marzo de 2022

Sometimiento




Poco a poco nos han llevado al aburrimiento.

Suena muy fuerte, pero es así.

Todo indica que nos han conducido a la sumisión.

Sigo convencido que las mentiras y los cálculos, a veces algorítmicos, nos distrae y al intentar hacer varias cosas a la vez, nos aboca a nuestro tiempo de ocio, que nos ha ganado a no pensar por nosotros mismos.

En definitiva, preferimos no responsabilizarnos.

Volvemos a eso que creíamos desterrado: 'que inventen ellos', como si ellos no fuéramos nosotros.

Es muy probable que acabemos haciendo aquello que nos perjudica.

Justo es por culpa del sometimiento.


viernes, 4 de marzo de 2022

Interrupción

 






De pronto, estoy en medio de una calle, y no sé el motivo de esta situación.

No recuerdo por qué estoy ahí.

Mis imágenes se pierden en los tiempos.

Los vehículos pasan rezándome.

Nadie se detiene.

Oigo voces, increpándome, o eso creo.

Y sigo intentando recordar, pero no lo consigo.

Por fin alguien -que reconozco por su voz- me toma del brazo y me despierta.

Era un sueño. Gracias por la interrupción.