Clamores

viernes, 26 de enero de 2018

Ya no tiene ningún interés



Hay que encontrar una palabra que defina esta necesidad ineludible de dialogar en este país.

No sé, de verdad, cómo se puede inventar una palabra para que todos los que se dedican a la política entiendan de política.

Comienzo a elucubrar y escribo apediapoli, apeldialogpoliti, apelardiáligopolítico.

Llegado este momento, tomo un respiro y las pronuncio una a una y cuando llego a la última noto que casi me quedo sin aire.

Pero me empieza a gustar apelardiálogopolítico.

Más adelante, la borro y pienso que todo lo que suena a político, es una tontuna.

Resulta que a los políticos lo único que les interesa y quieren es lo suyo y lo suyo es el voto y el voto es muy personal.

Así es que creo que todo esto se puede meter en un pozo, que sí que existe una definición: mi gozo en un pozo.

Pozo, normalmente, sirve para sacar agua, pero ya casi no tenemos agua.

Con lo que mi idea de inventar una palabra para apelar al diálogo, para resolver problemas políticos, ya no tiene ningún interés.

lunes, 22 de enero de 2018

Un día como hoy



Quizá, solo quizá, fueras un vuelo espacial que quisiera alcanzar para que llene la tristeza de querer, de querer abrazar.

Pero no desisto de poder llegar.

No es menos cierto, que quisiera no escaparas a mi quimera, pero, seguramente, eso es imposible que llegue a suceder.

Aunque los imposibles pueden llegar a ser posibles, si los hados me acompañan en el empeño.

Ya he conseguido que, al menos en este tránsito, hayas percibido mi presencia, y eso ya es alcanzar, al menos, una etapa para llegar a un día como hoy.

miércoles, 17 de enero de 2018

Adolescentes



¿Estamos preparando adecuadamente a los jóvenes?

¿Queremos no contestar a una pregunta incómoda como la que acabo de escribir en esta reflexión?

Siempre tenemos una respuesta: son adolescentes, no son adultos, ya les tocará.

La triste realidad creo que es otra y además muy preocupante para el futuro de nuestra sociedad.

Precisamente la sociedad en la que vivimos es responsabilidad de todos los que la integramos.

Y cuando digo todos, son todos los estamentos responsables de la educación.

Un país bien educado, en primer lugar, es un país libre y también es un país que, al formar un buen equipo desde el primero al último, somos todos responsables.

No podemos ser cómplices de que todo se resuelva con máquinas, ordenadores, juegos, etcétera, etcétera.

Tenemos que abrir caminos a la curiosidad innata del ser humano.

Las personas se formarán más y mejor si en el camino de aprendizaje enseñamos cómo hay que superar los errores, cómo hay que predicar con el buen ejemplo.

Los llamados "adolescentes" son la sabia del futuro de un país.

Cuidemos su formación, son adolescentes.

jueves, 11 de enero de 2018

Queridos hijos




Creo que os debo una explicación, aunque sea muy general, de mi actuación hasta ahora en esta vida mía, no vuestra.

Ya sé que, aunque fui un eslabón ínfimo en vuestra creación, algo de mí tenéis.

Es evidente que fue vuestra madre la que os trajo a este mundo y la que os guardó durante nueve meses, no lo dudo, ni he dudado nunca, cosa que le estoy muy agradecido.

Pero una vez dicho y escrito esto, algo tenéis que saber, además de lo evidente.

Sabed, queridos hijos, que siempre he deseado lo mejor para vuestras vidas.

Ya sé que vuestra madre siempre os protegió y os dio su amor.

Lógico, yo sé que es así pues tuvimos la dicha de engendraros.

Bien, ya sé que ahora, con los adelantos de la ciencia se pueden engendrar de diferentes formas y traer a este mundo un hijo, pero quiero deciros que cuando vuestra madre y yo decidimos crearos, os digo y sopeso que lo hicimos por amor.

Esto que estoy escribiendo es muy importante, al menos para mí.

No fuisteis creados por un momento de locura, fuisteis creados porque teníamos el convencimiento que, al querernos, os queríamos.

Lo cierto es que, aunque se dice que a los hijos se les quiere por igual, me atrevo a decir que no, no es verdad.

Os queremos a todos con la misma intensidad, pero, en mi caso, tengo diferentes intensidades en cada uno de vosotros, no puedo mentiros, me traicionaría a mí mismo.

Y seguramente os preguntaréis por qué es cierto lo que os digo, pues es sencillo, ya que cada uno de vosotros sois diferentes y esa es la grandeza de la vida, aunque al crearos fue con el mismo cariño e intensidad.

Espero y deseo que sepáis entenderme.

Pues eso, queridos hijos.

domingo, 7 de enero de 2018

Esa mirada



La gente, en general, ya no tiene mirada, esa mirada que no hace mucho tiempo tenía.

Mirada limpia, sin recovecos, sincera, esa que mira directamente al alma, la verdadera, la que no miente.

Hoy me he fijado que la buena gente, ya no tiene mirada, se la han robado.

Antes había miradas cómplices, miradas de respeto hacia los demás y también había miradas de súplica, de entendimiento, de mesura, de ayuda.

Ahora ya no existen. Solo están las miradas en un punto fijo, esa mirada incrustada en el infinito.

Como mucho, ahora, están las miradas rápidas al móvil, como pidiendo que se produzca alguna alerta que nos haga profundizar en lo que nos insinúan.

Memeces, las más de las veces, que nos repiten una y otra vez, como para que nos las creamos y las más de las veces son puramente inciertas.

Solo queremos que nos hagan caso, aunque sea una ráfaga momentánea, para dar las gracias.

Ya no existe esa mirada.

jueves, 4 de enero de 2018

Innovar apoyándonos en la tradición



Cada vez más, siento que lo que denominamos inteligencia artificial, es más artificial que inteligencia.

Dicho así, parece como si fuera a desaparecer uno de los bienes más apreciados desde la Ilustración. Me refiero a la libertad.

El ser humano es cada vez más ciego, cada paso que da en nombre de la tecnología no se percata de que el devenir digital del mundo nos irá apagando y ya no tendremos los pensadores como antaño nos dejaron huella.

La acumulación de datos puestos al servicio de la inteligencia artificial, nos depara solo un impulso artificial, ya que las decisiones que se toman solo están apoyadas por esas grandes acumulaciones de datos que, convenientemente procesados, por grandes compañías nos indican cómo tenemos que vestir, caminar, correr, pasear, relacionarnos, en definitiva tomar decisiones sin emplear la razón.

Hemos entrado en una fase en la que no se acepta ningún rincón de nuestra mente. Todo está controlado por ese gran ordenador que al final decide. Ya no podemos ser rebeldes.

Solo podremos salir de este vertiginosa carrera si al fin, surgen mentes pensadoras encargadas de ir más allá de lo artificial.

Tenemos todo un año recién estrenado para tomarnos en serio la vida.

Las mentes pensadoras son nuestra salvación.

Pienso que tenemos que innovar apoyándonos en la tradición.