El otro virus

Tenemos otro virus. y es tan pernicioso como el que más.

Y no es otro que el virus del odio.

Es la supremacía de la soberbia del otro que no piensa como tú.

Es la lucha continua desde que en las cavernas de nuestros ancestros se liaban a palos por no entender que el otro podía tener razón.

Es, y sigue siendo, el otro virus.

Punto y aparte

Hoy desde que desperté me revoloteaba en mi cabeza estas tres palabras: punto y aparte.

Al COVID-19 le da lo mismo las Fases.

Los aplausos a los sanitarios desde los balcones se apagaron.

Está claro que las grandes urbes se han hecho para el coche y no para el peatón.

Lo dicho nada nuevo bajo el sol.

Punto y aparte.

Improvisar

Últimamente la improvisación está en todos los frentes.

No me gusta la palabra guerra, ya que cuando se está en guerra normalmente los destrozos no son solamente vidas humanas, son también destrozos en donde desaparecen lo que pensábamos que teníamos como propio, como nuestro.

Pero existe una improvisación que es más silenciosa, no es producto de las bombas, misiles y demás ingenios, es la necesaria improvisación cuando no se tiene ni idea del virus que, por cierto, nos ha expulsado de nuestra comodidad.

Creíamos que ya lo sabíamos todo, que era normal la situación con ser inteligente, que pensábamos no nos desbancaría nadie.

Ahora, sin duda alguna, tenemos que improvisar.

Viaje en el tiempo

Siempre, desde niño, quise viajar en el tiempo, mejor dicho, a otros tiempos.

Hay algo en la condición humana respecto a lo que pasará, a lo que pasó, y a lo que está pasando, que siempre hay una ventana a la imaginación.

Cuánto me gustaría poder viajar en el tiempo de otras épocas, pero sin tener que parar el tiempo.

Pero claro, no siempre cualquier tiempo pasado fue mejor.

Así pues, sigamos con el viaje en el tiempo.