Clamores

viernes, 31 de marzo de 2017

Leer para aprender



No me gustan los dogmas. Nunca me pareció honesto que alguien sentencie sobre cosas o conceptos que se traduzcan en aseveración sin poder contrastar la realidad.

No entiendo que a alguien se le ocurra una propuesta que se le tenga por cierta para conducir el rebaño al matadero sin rechistar.

Y no quiero poner ejemplos que existen muchos sobre todo en todas las religiones conocidas, ese invento para sacar de quicio las más de las veces a la buena gente. Que nadie se rasgue las vestiduras por lo que estoy escribiendo.

Lo que tenemos que hacer es leer, leer mucho a ser posible a los clásicos primero y luego a todos los demás antes de que palmemos.

No comprendo por qué quieren suprimir la enseñanza de la Filosofía. La Metafísica no existiría si Aristóteles no se hubiera empeñado en exponer sus razonamientos y que nosotros seguimos estudiando después de más de dos mil años transcurridos.

Sabemos que la observación de la realidad que nos circunda con un adecuado análisis filosófico, nos puede mostrar los diversos caminos a seguir en nuestras conductas.

El verdadero problema que se nos plantea es que no podemos razonar sin un mínimo de aprendizaje de nuestros antepasados que nos dejaron obras cargadas de conocimientos para resolver nuestras dudas.

Por favor que no nos quiten la filosofía.

Debemos dejar claro que tenemos mucho que leer para aprender.

viernes, 24 de marzo de 2017

Mentiras de la verdad



Llevo muchos años buscando la verdad. La verdad así a secas. Suena como algo inalcanzable.

Pero surcando los caminos que nos puedan llevar a una respuesta sobre la verdad, me he encontrado con la mentira.

La mentira es como el aceite y la sal en una ensalada que muchas personas añaden el vinagre para que consiga un toque necesario para que les guste.

El vinagre es como la mentira a la verdad. Es un aditivo que encubre sabores más primarios de la ensalada.

La verdad necesita tener mentiras que acompañen en su recorrido son como los aderezos que se pueden añadir a la ensalada de la vida.

La ensalada de la vida está compuesta de muchas y variadas formas de presentaciones ante los demás.

Unos aprobarán sin remilgos lo que les mostremos y otros nos acribillarán a preguntas que muchas veces no sabremos contestar. Es muy posible que los aderezos que acompañamos a esas respuestas no les gusten, no saben apreciar esas mentiras que ponemos en nuestras vidas.

No queremos ver que  nuestras vidas están compuestas de mentiras de la verdad. 

lunes, 20 de marzo de 2017

Consejo de Transparencia



¿Cuantos consejos existen?

De inmediato me respondo: tantos como habitantes de este globo terráqueo.

Pero voy a repasar otros consejos que se forman a medida que los políticos y no políticos necesitan crear para colocar a sus amigos en cualquier esfera que sea posible.

Me llama la atención el Consejo de Transparencia.

La Ley de Transparencia se creó hace más de tres años y está pasando de puntillas para los ciudadanos de a pie.

Este Consejo de Transparencia es un órgano que depende del Parlamento.

En teoría el Parlamento somos todos los ciudadanos que hemos delegado a los representantes elegidos para que, entre otras cosas controle dicho Parlamento al Gobierno de la Nación.

Pregunto, ¿existe un Reglamento de dicho Consejo de Transparencia?

No tenemos ninguna cultura de la transparencia, ya que al parecer sigue siendo molesta.

No sabemos qué hacen nuestros representantes en sus actuaciones políticas.

Se olvidan con mucha frecuencia que tienen nuestra representación y que dichas actuaciones políticas tienen que explicar.

Todos los ciudadanos debemos tener la posibilidad de entrar en la web de cada representante para saber qué es lo que están haciendo puesto que son cargos públicos y no privados.

Voy a ver qué información tiene el Consejo de Transparencia.

viernes, 17 de marzo de 2017

Dictadura




Repasando lecturas de libros y algunos escritos me doy cuenta que casi todo lo que se hace en la vida está apoyado por una palabra que siempre me inquieta: dictadura.

Veamos qué nos indica en el DLE:
" Régimen político que, por la fuerza o violencia, concentra todo el poder en una persona o en un grupo u organización y reprime los derechos humanos y las libertades individuales".

Esa es la primera acepción que describe el Diccionario de la Lengua Española, pero también existen otras 5 definiciones más de esa palabra.

Volviendo a mi primer párrafo de esta reflexión percibo que en todas las organizaciones civiles y políticas se sustentan básicamente en alguien que lidera alguna organización y que en última instancia decide en nombre de la mayoría que 'democráticamente' fue elegido para conducir la organización, cualquiera que sea.

Centrándome en la estructura de un partido político, al final quien toma decisiones es solo una persona, aunque en algunas organizaciones funcionen en forma colegiada.

Esa es la dictadura que subyace en toda organización.

El problema de las libertades individuales es que casi siempre se vulneran por 'el bien de la mayoría'.

Es como un bucle que se repite continuamente y al final parece que se respetan esas libertades individuales, pero no es cierto.

Siguiendo con la estructura de un partido político, si es verdaderamente democrático, la fuerza reside en su militancia. Individualmente es lo máximo: una persona, un voto.

Uno de los problemas es cuando se procede a votar cualquier asunto que requiera la mayoría de dicha militancia.

La pregunta que se formule tiene que ser clara y concisa, sin recovecos, al grano, sin falsedades, por mucho que duela al que lidere el partido.

Esto es lo que quería resaltar sobre esta palabra que me sigue inquietando: dictadura.

viernes, 10 de marzo de 2017

Latiendo



Estaba tranquilo. De repente aparté de mis manos el libro que estaba leyendo.

Sentí que los latidos de mi corazón eran más rápidos, retumbando en mis sienes.

Entonces ocurrió. Visualicé una fotografía que días antes había visto en un periódico. Era una calle repleta de gente, paseando en un día soleado.

Pensé que toda esa gente y cada persona en ese momento de toma de la instantánea, estarían latiendo sus corazones.

Tenían algo que ver con mi corazón latiendo.

No sé por qué estaba asociando la visión de esa fotografía con el latido galopante más de lo normal.

Algo tendría que ver.

¿Por qué no?

Toda esa gente en ese momento tendrían sus latidos paseándose por esa calle, en ese momento, en ese lugar precisamente, por algún extraño motivo estaban conectando conmigo.

¿Por qué no?

Continué la lectura del libro. Era un libro que me había atrapado desde la primera línea y de alguna forma me estaba llegando a mi corazón, al centro mismo de mi ser.

Busqué entonces  casi con desesperada esperanza de encontrar aquella fotografía abarrotada de corazones latiendo.

Somos una concatenación de latidos con un ritmo especial, con esa forma de latir que tienen.

Entonces pensé en el ritmo de la vida latiendo.

lunes, 6 de marzo de 2017

Somos como las capas de una cebolla


Hoy he comprobado que hay miradas sin recovecos.

Miradas limpias.

Miradas agradecidas.

Miradas sin segundas intenciones.

Miradas que a veces suplican un poco de atención, poca cosa, pero necesitan atención.

Las miradas son como las capas de una cebolla.

Las primeras suelen tener más dureza, las siguientes son más tiernas y así se llega al corazón de la mirada final que es la primera capa que se formó, la más limpia.

A medida que se van formando esas capas, muchas te hacen llorar, pero todas te hacen pensar y madurar.

Somos como las capas de una cebolla.

viernes, 3 de marzo de 2017

Pillaje

Rodrigo Rato
Pillaje viene de pillo.

No lo sé, quizá sea algo virtual que me estoy inventando según voy deslizando mi escritura.

Cuando se usa una tarjeta que se denomina black, es algo que me deja descolocado en esta nuestra vida tan rara y especial que me ha tocado vivir.

Sesenta y cinco (65) consejeros y directivos de la entidad -que todos sabemos- se apropiaron para su uso personal de la nada despreciable cantidad de doce millones de euros.

El fiscal dejó meridianamente claro que fue un pillaje y rapiña los que utilizaron esas tarjetas opacas tras cesar en los órganos de gobierno de la entidad.

Creo que el fiscal ha sido muy educado en sus apreciaciones.

Esto no es ni más ni menos que robar es, sencillamente apropiarse de unos dineros que no eran suyos, y si eran suyos no pagaron a la Hacienda Pública ni un solo euro.

Se empeñaron los usuarios en dejar claro ante el tribunal que los juzgaban que creían que esos emolumentos que gastaban con esas tarjetas eran parte de su salario.

Queda claro que si eran parte de su salario deberían haber tributado a las arcas públicas.

Lo peor de todo este penoso asunto nos lo quieran presentar dichos usuarios como algo normal. Lo que me parece que no es normal es que vayan a salir de rositas toda esta gentuza tan docta y tan lista que son catedráticos de economía, inspectores de hacienda o economistas.

En resumen sesenta y cinco (65) pillos que hicieron un continuado pillaje.