Suena como agnóstico, pero no lo es.
Nos pasamos más de media vida, haciendo un diagnóstico.
Y nos olvidamos -las más de las veces- que lo que realmente queremos es que nos valoren por nuestras actitudes.
Sí, actitudes, no aptitudes.
Por favor, os pido un diagnóstico.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario