Clamores

lunes, 24 de abril de 2017

Algún día



Algún día nos daremos cuenta que somos tan insignificantes que solo podemos sobrevivir con la conjunción del resto de los otros insignificantes.

No sabemos pedir ayuda o es ¿no queremos?

Todas las artes que conocemos son un cúmulo de conocimientos transmitidos por personas insignificantes.

Insignificantes en el sentido de partículas pequeñísimas que somos en el mundo.

A veces nos creemos que somos el ombligo del mundo y realmente solo somos una porción infinitamente minúscula, sobre todo si nos comparamos con las múltiples galaxias -que seguimos desconociendo- aunque tengamos imaginación para intuir y poder formular proposiciones que puedan llegar a beneficiar a muchas personas.

Ahí es cuando se nota que somos insignificantes individualmente considerados pero que somos algo muy grande, pero muy grande, cuando unimos nuestras fuerzas y conocimientos que hemos ido adquiriendo a lo largo de nuestra vida.

Para conseguirlo solo tenemos que ser humildes, nadie sabe más que nadie. Absorbemos todo lo que otros dejaron en su camino.

Camino que es la suma de esas partículas a las que antes me refería, que hacen que una gran obra la transmitan sin esperar honores y reconocimientos que siempre son efímeros.

Debemos ser conscientes de que tenemos que crear día a día  algo especial que quede en los demás, cada cual aportando su quehacer, ese quehacer que tiene que ser como una mirada limpia pensando siempre en el bien del otro.

Siempre apoyándonos en los legados maravillosos que nos dejaron en sus vidas.

Puede ser que nos demos cuenta algún día.

2 comentarios:

  1. Dices bien al decir que tenemos que ser humildes, amigo Javier; tú, al igual que muchas personas de bien, sabéis muy bien que la humildad es la herramienta esencial para hacer una sociedad más justa, más tolerante y mucho menos egoísta; el egoísmo es el principal mal que tenemos los seres humanos: por el egoísmo montamos las guerras y matamos a nuestros semejantes, por el egoísmo somos capaces de acaparar cuánta más riqueza mejor, aunque sea a costa de dejar a otros en la miseria sin importarnos nada. El egoísmo es el desestabilizador más poderoso que tienen las sociedades más avanzadas. Prueba evidente de ello, la tenemos en nuestra sociedad, sociedad inmersa en un grado muy considerable de corrupción.

    Desearía que algún día (como tú mencionas), la humanidad hubiese aprendido la lección de: lo insignificantes que somos y, al mismo tiempo, lo grandiosos que seríamos al unir nuestros conocimientos.

    Recibe un fuerte abrazo.

    ResponderBorrar
  2. Muchas gracias, por tu comentario amigo Vicente.
    Esperemos que algún día sepamos conducirnos con humildad y honradez ante nuestros semejantes.
    Un abrazo.

    ResponderBorrar