Cuando alguien dedica su tiempo a lo que considera su obra principal, generalmente podemos intuir, que esa persona renuncia a sus intereses.
Normalmente, si se dedica de lleno a enseñar a los demás todo lo que sabe, eso conlleva con bastante probabilidad, a preparar a su vez personas con miras a tener también dedicación y abnegación en su trabajo.
Ahí está seguramente, la generosidad de la abnegación.
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