Cuando el engreimiento acapara la ignorancia en un charlatán, hay que tener mucha paciencia para leer y escuchar estupideces.
Cuando una persona es engreída, es que está tan convencida de su valer, que le importa un bledo a quien está leyendo o escuchando lo que manifiesta.
La persona engreída está envuelta en su engreimiento.
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