Últimamente la improvisación está en todos los frentes.
No me gusta la palabra guerra, ya que cuando se está en guerra normalmente los destrozos no son solamente vidas humanas, son también destrozos en donde desaparecen lo que pensábamos que teníamos como propio, como nuestro.
Pero existe una improvisación que es más silenciosa, no es producto de las bombas, misiles y demás ingenios, es la necesaria improvisación cuando no se tiene ni idea del virus que, por cierto, nos ha expulsado de nuestra comodidad.
Creíamos que ya lo sabíamos todo, que era normal la situación con ser inteligente, que pensábamos no nos desbancaría nadie.
Ahora, sin duda alguna, tenemos que improvisar.
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