Tenemos otro virus. y es tan pernicioso como el que más.
Y no es otro que el virus del odio.
Es la supremacía de la soberbia del otro que no piensa como tú.
Es la lucha continua desde que en las cavernas de nuestros ancestros se liaban a palos por no entender que el otro podía tener razón.
Es, y sigue siendo, el otro virus.
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