Después de finalizar el año 2018, siempre -en nuestro fuero interno- hacemos un repaso de lo que hemos hecho y pensado.
Pero a mí lo que me gusta es hacer un repaso de mis no actuaciones.
- No hice todo lo que pude haber hecho.
- No hice caso de lo que me dijeron que podía hacer.
- No hice ningún caso a lo que mi conciencia me decía insistentemente, podía y debía hacer.
- No hice caso a mi pepito grillo, que me decía que hiciese.
- No hice caso.
- Y ya he terminado el año 2018.
Muy bueno Javier, intentemos hacer caso en 2019, a ver si así... Un abrazo
ResponderBorrarGracias por tu comentario.
ResponderBorrarUn abrazo.
Amigo Javier, es verdad que a veces necesitas hacer algún que otro acto de contricción, meditación o reparación, simplemente para reparar el posible daño o deterioro causado a terceras personas, por olvido o dejación.
ResponderBorrarCuando ocurre esto, no sueles estar contento en sí mismo.
Un abrazo.
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