Clamores

viernes, 4 de diciembre de 2015

Tanto odio



Lo siento mucho, pero hoy no tengo más remedio que poner negro sobre blanco el odio. Pero el odio a sí, a secas es como un aldabonazo enorme que me hiere en todas mis aristas de mi ser, no puedo con ello.

Intento con todas mis fuerzas parar mis anotaciones en mi libreta de suspiros en donde deslizo mi bolígrafo para dejar constancia de mis sin sabores de la vida.

Vida que por cierto es y debería ser maravillosa para cada uno de los habitantes de este mundo, pero que se empeñan otros integrantes de este globo terráqueo en cortar, seccionando sin contemplaciones vidas sin saber que ese fanatismo exaltado de su dios truncan las vidas de muchas personas que nada les ha hecho, pero nada.

Entonces, empieza a cabalgar el odio, sí ese odio a secas indiscriminado, sin conocer uno a uno a los componentes de este género que poblamos la llamada tierra.

Tierra que por otra parte nos hemos encontrado para disfrutar y compartir sus bondades y que poco a poco estamos destruyendo en beneficio de una supuesta mejor vida.

¡Qué tremendo error de los pocos dirigentes de nuestras vidas; qué inmenso error!

Se van marcando los mojones del camino del odio, cada uno por su lado, con su sin razón.

Tanto odio, tanto que no puedo más. ¿Por qué? ¿Qué es lo que pasa? ¿Nadie puede parar esto? ¿Nadie puede explicar que todos tenemos que desaparecer, que tenemos un camino que recorrer, el camino de la vida, y al final dejar de ser o estar?

¿Por qué ese empeño en segar los caminos de nuestros congéneres? Para qué entonces tanto odio. 

3 comentarios:

  1. Suelo decir a los míos que el odio es uno de los sentimientos de dolor emanado por una herida profunda que no cerrará mientras prosigan hiriendo dando lugar al rencor. Suelo decir que como sentimiento que es hemos de tratarlo con cariño para aliviar el dolor. Y suelo decir que hay que encontrar a quienes indiréctamente, utilizando nuestras bocas y manos hieren; a los verdaderos culpables para que así pueda curar la herida que emana ese alarido de dolor que es este sentimiento al que llamamos odio.
    Y ya sabes quienes son los verdaderos culpables, se tumor maligno que como tal extiende sus tuberculos por las sociedades.
    Un abrazo, Javier.

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  2. Lo peor es que, creo, no es un odio real. Es inducido por quienes, por intereses espurios, saben manipular mentes y conciencias.

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  3. Es verdad amigo Javier, existe mucho odio, principalmente entre unos contra otros pueblos del planeta.
    Creo que no iba mal encaminado la iniciativa de Zapatero en impulsar la "Alianza de Civilizaciones. Creo que muy pocos creyeron en ella, es más, hubo quién trató a troche y moche de desprestigiar tal iniciativa, lo cual considero una falta de humanismo y un despropósito enorme en echar por tierra una actitud sana, responsable y noble por parte de un dirigente político como José Luis Rodriguez Zapatero; ya sabemos todos que como buen gobernante tenía mucho que desear, pero hay que reconocer sus cosas buenas y una de ellas era ésta que estamos tratando, la del odio entre oriente y occidente que no era más que,
    el acercamiento y entendimiento entre dos culturas diferentes.
    Un abrazo.

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