Clamores

jueves, 17 de noviembre de 2016

Desde mi ventana



Desde mi ventana. Un lugar mágico para reencontrarme con mi vida.

Desde muy pequeño me atraía el poder ver lo que otros vecinos no podían ver. Era como ser fotógrafo sin cámara, en realidad era la memoria fotográfica de mi mente.

Ahora me viene a esa fotográfica memoria escenas enmarcadas en otras ventanas  pero desde mi ventana.

Cuando ya muy de mayor vi desde mi habitación de hotel esa inmensa manzana llena de ventanas que es Nueva York, recordé la primera vez que observé a otro marco de otra ventana y se me quedó como foto fija lo que en ese momento estaba viendo.

Con el paso de los años me estoy dando cuenta que cuando rememoro cosas pasadas es como si estuviera pasando diapositivas de ventanas de diversos momentos de mi vida.

Es una sensación sorpresiva y a la vez en cierta medida angustiosa pues sé que no podré ver desde mi ventana situaciones que muy probablemente quisiera se hubieran producido.

Es como querer enmarcar un cuadro y no saber que aún no está terminado.

Ahora desde mi ventana veo todo un edificio de oficinas, que  todas las mañanas se iluminan todos y cada uno de sus despachos y estancias.

No puedo ocultar que mi curiosidad me hace lanzar miradas indiscretas a esas ventanas. Es como si quisiera saber de las personas que ocupan esas estancias, sus desvelos por hacer bien su trabajo.

Ahora  observo cómo ha sido mi vida desde mi ventana.

2 comentarios:

  1. Desde tu ventana amigo Javier, creo que han pasado muchas cosas buenas y no tan buenas; tengo la sensación que a mi me ha pasado tres cuartos de lo mismo. Creo que todo el mundo habrá tenido su ventana, pero no todos habrán visto el transcurrir de la vida con el mismo espíritu de poder ver cumplidos los sueños.

    Desde tu ventana sigue observando, sigue, porque verás y pronto, cumplidos gran parte de tus anhelos; yo también seguiré mirando desde mi ventana, estoy seguro que, a partir de ahora tendremos gratas sorpresas. Creo que al final, podremos ver el cuadro terminado para enmarcarlo.

    No perdamos la esperanza, sigue mirando en tu ventana, yo haré lo mismo.

    Recibe un fuerte abrazo.

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  2. Muchas gracias, amigo Vicente. No perdamos la esperanza, nunca. La esperanza es el prólogo del epílogo de la vida.
    Un abrazo grande amigo.

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