Miradas limpias.
Miradas agradecidas.
Miradas sin segundas intenciones.
Miradas que a veces suplican un poco de atención, poca cosa, pero necesitan atención.
Las miradas son como las capas de una cebolla.
Las primeras suelen tener más dureza, las siguientes son más tiernas y así se llega al corazón de la mirada final que es la primera capa que se formó, la más limpia.
A medida que se van formando esas capas, muchas te hacen llorar, pero todas te hacen pensar y madurar.
Somos como las capas de una cebolla.
Gracias amigo Javier, por este hermoso ejemplo.
ResponderBorrarEs todo un poema.
Es verdad que con la mirada podemos leer en el rostro de las personas, puede ser limpia, triste, enternecedora, odiosa etc.
Y digo yo, ¿qué mirada tan "limpia" deberan tener nuestros compatriotas: Rato, Blesa, Pujol y más y más...?
Un abrazo.
Amigo Vicente tú sabes muy bien qué mirada tienen esos individuos que citas.
ResponderBorrarUn gran abrazo amigo <8>