Repasando lecturas de libros y algunos escritos me doy cuenta que casi todo lo que se hace en la vida está apoyado por una palabra que siempre me inquieta: dictadura.
Veamos qué nos indica en el DLE:
" Régimen político que, por la fuerza o violencia, concentra todo el poder en una persona o en un grupo u organización y reprime los derechos humanos y las libertades individuales".
Esa es la primera acepción que describe el Diccionario de la Lengua Española, pero también existen otras 5 definiciones más de esa palabra.
Volviendo a mi primer párrafo de esta reflexión percibo que en todas las organizaciones civiles y políticas se sustentan básicamente en alguien que lidera alguna organización y que en última instancia decide en nombre de la mayoría que 'democráticamente' fue elegido para conducir la organización, cualquiera que sea.
Centrándome en la estructura de un partido político, al final quien toma decisiones es solo una persona, aunque en algunas organizaciones funcionen en forma colegiada.
Esa es la dictadura que subyace en toda organización.
El problema de las libertades individuales es que casi siempre se vulneran por 'el bien de la mayoría'.
Es como un bucle que se repite continuamente y al final parece que se respetan esas libertades individuales, pero no es cierto.
Siguiendo con la estructura de un partido político, si es verdaderamente democrático, la fuerza reside en su militancia. Individualmente es lo máximo: una persona, un voto.
Uno de los problemas es cuando se procede a votar cualquier asunto que requiera la mayoría de dicha militancia.
La pregunta que se formule tiene que ser clara y concisa, sin recovecos, al grano, sin falsedades, por mucho que duela al que lidere el partido.
Esto es lo que quería resaltar sobre esta palabra que me sigue inquietando: dictadura.
Creíamos que con el paso del tiempo, esa palabra se iría al baul de los recuerdos, pero no es verdad amigo Javier.
ResponderBorrarHas tocado un punto sensible de nuestra manera de convivir; recuerdo que al inicio del proceso democrático, nosotros que éramos unos ignorantes, creíamos que la democracia resolvería todos los males de la sociedad; hemos visto que no es verdad, se sigue abusando de la buena gente; el poderoso siempre quiere tener la sartén por el mango y normalmente casi siempre lo consigue. Luego, te felicito amigo Javier, por tocar este punto, me alegraría mucho que se sumara mucha gente en hacer esta reflexión.
La palabra "dictadura" debería estar olvidada, pero a pesar de haber transcurrido cerca de cuarenta años está muy viva por desgracia.
El antídoto para combatir esta tragedia, es dar al pueblo una buena EDUCACIÓN.
Un fuerte abrazo.
Amigo Vicente, 'Poderoso caballero es Don Dinero'
ResponderBorrarCreo que todo lo que decimos se resume en este actualísimo poema de Don Francisco de Quevedo.
Un abrazo.