Y de nuevo en el remanso de mi memoria, me dejo arrastrar por los sinuosos caminos, a veces trepidantes a veces lentos y pienso que eso es sentir seguridad, y puede que lo sea o no.
Ojalá mi paseo por esos caminos, me gustan que me lleven poco a poco a mi infancia, que está llena de momentos de exquisita felicidad, que ahora me hacen esbozar sonrisas, que pienso pueden ser sonrisas estilo 'Gioconda', que por cierto siempre me ha intrigado mucho y que todavía no sé interpretar.
Definitivamente creo que soy un nostálgico. Pero no me siento culpable.
La nostalgia es la reivindicación de los momentos que nos han ido dejando huella, pero huella de la buena. Es como cuando nos hacemos una analítica y nos dicen que tenemos colesterol, pero del bueno.
Reivindico la nostalgia que no supone tristeza, no, supone reafirmación de que todavía estamos vivos, que nos interesa la vida de los demás y que merece la pena recordar aquellos momentos que fueron fundamentales en nuestras vidas.
Es como un reconocimiento a nuestros mayores, es como digo, reivindicaciones de momentos que ya no volverán a pasar, o sí, no lo sé, da lo mismo; el caso es que fueron momentos irrepetibles, únicos y que por eso mismo debemos tener nostalgia.
Aquellas peleas de chicos en la calle, por cosas y casos que creíamos eran fundamentales y seguramente lo eran y por ello ahora me encanta sumergirme en esa nostalgia.
Ser nostálgico no implica estar o ser triste, ni mucho menos. Tener esas nostalgias, incluso rememorando olores inconfesables que ahora se me antojan imposibles de percibir. Por estas cosas y alguna más, me importa la nostalgia.
Me uno a tu reivindicación de la nostalgia.
ResponderBorrarMe encanta revivir los buenos momentos.
Yo también suelo volver con frecuencia a mi ñiñez, la mejor época, sin duda.
Muchas gracias, María, sí, me gustan revivir los buenos momentos de la vida.
BorrarUn abrazo y feliz 2016 (todos los días)
Feliz, muy feliz también para ti y toda la buena gente.
ResponderBorrarFeliz, muy feliz también para ti y toda la buena gente.
ResponderBorrarYo también siento nostalgia amigo Javier, de esos buenos momentos vividos en nuestra juventud y como no, de cuando me casé unos pocos años antes de iniciarse el proceso politico hacia la democracia. Fueron años difíciles, pero, vividos con intensidad. Hoy lo recuerdo con un sentimiento de resignación, sabiendo que no volverán aquellos tiempos felices.
ResponderBorrarUn abrazo
Yo también siento nostalgia amigo Javier, de esos buenos momentos vividos en nuestra juventud y como no, de cuando me casé unos pocos años antes de iniciarse el proceso politico hacia la democracia. Fueron años difíciles, pero, vividos con intensidad. Hoy lo recuerdo con un sentimiento de resignación, sabiendo que no volverán aquellos tiempos felices.
ResponderBorrarUn abrazo