Tengo la sensación, cada vez más intensa de que los de a pie (como dice Galiana), somos muchos, pero no somos tontos, ni mucho menos.
El repaso diario que hago de la prensa, más las audiciones de alguna de las emisoras de radio y sus comentaristas políticos, de uno u otro signo, me producen un verdadero hartazgo puesto que ya empiezo a no distinguir incluso de qué se está tratando.
Procuro leer, lo más apaciguado posible, determinados editoriales de algunos medios de prensa, pues es evidente que el día tiene unas horas concretas y no da tiempo a leer todo lo que yo quisiera para tener la cabeza suficientemente amueblada y poder distinguir qué es lo que está sucediendo.
Estamos aprendiendo mucho de cómo con influencias reales, se puede llegar a delinquir y que la mayoría de las veces no pase nada.
Pero gracias a la perseverancia de algunos jueces, tenemos ahora de sopetón un montón de juicios orales, y eso nos hace pensar que en ese trajín de tanto chorizo involucrado, podríamos haber sido atrapados y en estos momentos fuéramos alguien como ellos.
Amigo Javier, nosotros no podemos ser como "ellos", pertenecen a un mundo diferente; son de clase alta, son diferentes y tienen privilegios como: robar a "tutiplen" creyéndose que el mundo es de ellos, porque les pertenece.
ResponderBorrarMirando la parte positiva, podemos decir que, gracias a un juez valiente se está impartiendo justicia; tendría que decir "pesticia", término más acorde con todo lo que hemos visto en los casos de corrupción y, creo que al final la Infanta Cristina se irá de "rositas" y a Urdangarín tampoco creo que salga mal parado, ya se encargará el fiscal(más abogado que fiscal), de dejar en buen lugar la imagen de estos personajes.
Un abrazo.
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