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Ciudad de las Artes y las Ciencias en Valencia |
Aquellos tiempos en que todo se podía conseguir, hacer, colocar, ganar, en fin la vida sin fin; no había techos en nada, todo se podía ganar incluso
había gente que afanaba a manos llenas toda la riqueza que se desplegaba sin ningún recato, sin casi dar tiempo a entender en cada mente que eso no tenía fin;
era prácticamente interminable.
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Aeropuerto de Castellón |
Oiga, compre hoy su piso o chalet de ensueño, que mañana habrá subido un 20% más y pasado ya no tendrá la oportunidad única de quedarse con ese sueño, que bombardeaban desde todos los medios posibles henchidos de toda una soberbia de consumir, atesorar y gastar también a manos llenas en cosas que muchos no habían sospechado hacer nunca y por supuesto, comprender que estábamos materialmente nadando en una abundancia increíble.
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La Expo en Zaragoza |
¿Quieres un cheque? ¿Quieres en efectivo? ¿Quieres un automóvil de lujo? ¿Quieres un piso de 500 metros cuadrados con piscina en tu terraza? ¿Quieres...un sueño?. Y...¡zas! por arte de la abundancia se obtenía todo y algo más.
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Se acabó |
Pero entonces sucedió. Las trampas de toda esa abundancia hicieron acto de presencia y nos chafaron todos nuestros sueños. De pronto, como que no nos lo creíamos llegó la ausencia maldita de esa abundancia y vino la resaca de la realidad, los pillos que nos habían embaucado con su abundancia sin límites, se encontraron con algo que no podía ser de otra forma: la verdad de una mentira de proporciones monstruosas.
Llegó entonces la gran receta del Norte de Europa: Corten, recorten, anulen, vacíen la vida opulenta que la realidad es otra muy distinta. Poden al máximo el Estado de Bienestar, a favor de lo Privado, que son más baratos y más eficaces. Fuera todo lo que huela a Público.
Paguemos los parias el error de los políticos, para hacer más ricos a los ricos, los que soñábamos 'cuando eramos ricos'.
Paguemos los parias el error de los políticos... triste (y real) frase.
ResponderBorrarComo la vida misma, muy real, pero no Real...
ResponderBorrarMuy buen posteo, Javier. Y sí, es real, triste e injusto que los parias paguemos los errores de los políticos. Sobre todo, porque por mucho que digan que vivimos por encima de nuestras posibilidades no es cierto. Vivíamos como deben vivir los pueblos felices. Son los políticos, y los especuladores financieros, los que han decidido que no lo hagamos así para poder robarnos y dominarnos. Porque cuando la gente tiene miedo y preocupaciones, cuando teme perder lo poco que le dejan, es más sumisa. Cuando había trabajo, buenos sueldos y derechos los especuladores y los opresores tenían cortapisas a su avaricia. Hemos de pararlos los pies, recuperar nuestros derechos o acabaremos, además de sin dinero y derechos sociales, sin libertad. Imitemos a los brasileños o a los egipcios.
ResponderBorrarAhora son los brasileños, pero los egipcios, también como bien dices pero este Sur de Europa somos los 'cerdos' para los del Norte de Europa. Tenemos que decir, basta ya y plantar cara...
ResponderBorrarMuy bueno tú artículo, eres genial gran periodista que se está perdiendo esta España mia esta España nuestra, una verdadera lástima...
Qué razón tienes!! ¿Vivíamos en una quimera? Nos dejamos llevar...Nos engañaron. Toda una vida por delante, nos parecía tener. Y nos contagiaron ese esplendor...Y cuando abrimos los ojos ahora...Vemos que caímos en una trampa bien urdida.
ResponderBorrar¿Hasta cuándo?
Gracias.
Gracias Marian. Urdieron bien esta comedia, pero los actores pobres somos los de siempre, con ellos no va la cosa. Me dices que hasta cuándo, pues como vulgarmente se dice hasta que aguante el cuerpo, y mi sensación es que la paciencia no puede aguantar ya mucho.
Borrarcuando eramos ricos y felices...pero se acabaron las perdices
ResponderBorrarMarga, es la sensación más horrenda que tengo; nos han robado y nos dejan con cara de tontos...
BorrarJavíer, que bien lo has descrito, viviamos en una farsa, en un mundo de especuladores. Vieron el negocio que había aquí y a forrarse se ha dicho, pero forrarse ellos, los granujas y cuando ya tuvieron las bolsas llenas,,se fueron y nos dejaron con nuestras queridas hipotecas, que facilmente nos concedían los bancos(complices ellos de todo este desacato).
ResponderBorrar¡¡¡¡Cuánto daño, y sufrimiento por la avaricia de unos desamprensivos!!!!
Un abrazo de tu amigo Vicente.
Vicente, ¿que tal vas? Supongo que reponiéndote. Pues si, así si así os parece. Tienen que pasar por el 'trullo' tod@s.
ResponderBorrarUn abrazo.