Muchos (o algunos) recordaréis aquellas primeras lecturas cuando eramos un poco más jóvenes. Tengo en mi memoria (cada vez un poco más decrépita) aquellos libros de Julio Verne, ese maravilloso soñador de verdades futuras que incrustó en mi mente casi sin estrenar.
Ahora releo libros de aquellos tiempos que pasaron por mis manos con verdadero frenesí, para encontrar de nuevo esa calma necesaria que hace a la imaginación poner música y pintura a los relatos de esas mentes privilegiadas, para enseñarnos el camino maravilloso que nos brindan y entrar de lleno en las historias que nos hacen ser personas importantes y nuevas.
Un libro que releo muchas veces (escogiendo capítulos o pasajes concretos) es el Quijote, ese libro que de verdad debería ser obligatorio en los estudios de nuestros jóvenes. ¡Cuánto sigo aprendiendo! ¡Cuánto sigo imaginando!
Estas sí, son verdaderas armas de concordia para la humanidad. Siempre he dicho y escrito que tenemos una variable en nuestra vida que no es otra que el tiempo. Es una variable maravillosa, es mutante continua, en donde enlazarnos sin pérdida todo nuestro ir y venir de nuestras vidas.
En definitiva es una lección donde el arma de los libros se convierten en canales libres exactos de nuestra imaginación, y así podemos recordar a los grandes poetas y escritores en general de muchos autores, que nos hacen adictos de esta maravillosa arma: los libros.
La mejor forma de entender a los libros es precisamente es su lectura. Nos enseñan las verdades de otros que pueden ser nuestras y así acumular nuestro conocimiento y sensibilidad únicas, dejan de ser del autor para hacerlas nuestras, con nuestro libre albedrío sin cortapisas; mi mente es mía pero el libro es del autor.
¡Qué maravilla poder tener esa simbiosis leyendo! ¡Que delicia recitar versos de los poetas!
Te sientes actor de lo que otros escribieron y te hacen partícipe de esta maravillosa arma de los libros.
Precioso artículo que nos recuerda la importancia y el gozo de leer, de vivir muchas vidas, de visitar muchos lugares, y de adquirir el hábito de la tolerancia y la compresión. Lo expresas de maravilla Javier. Y sí, los libros son una invencible arma de dignidad masiva.
ResponderBorrarMe gusta cuando dices:'los libros son una invencible arma de dignidad masiva'
ResponderBorrarGracias
Admiro tu buen criterio al escoger de las cosas de la vida, los libros como el "arma" para defenderte y con ello te defines. Es muy bueno lo que escribes, da esperanza en que quizá para algo sirvan las letras. Ay, si el hombre cambiara de actitud y en vez de hacer maldades, leyera, leyera...
ResponderBorrarMe ha gustado mucho tu reflexión, a veces, en medio de este caos mundano, el único consuelo son precisamente esas palabras impresas, las que me salvan como a ti, de la desesperanza.
Me recordaste a Gabriel Celaya... Y a tantos otros (a los que nombras), y a los otros, y aquellos peregrinos de las palabras... Quizá también los libros son armas cargadas de futuro.
"La poesía es un arma cargada de futuro".
"Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmado,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.
Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo".
...
Siempre digo que la poesía es la esencia de escritura. Es algo tan especial, que de verdad te puede transportar a otros planos de la vida.
BorrarGracias por tu comentario que pcoco más puedo aportar. Gracias
Gran clamor el de hoy los libros esa gran riqueza que lleva al ser racional a conocer otras culturas a disfrutar una fuente de conocimiento que los padres han desterrado en la educacion del menor, los univiersitarios no leen, se lee tampoco asi nos va gracias por tu gran clamor
ResponderBorrarGracias Jacqui, sabes que estas reflexiones me salen del corazón. Gracias
ResponderBorrarYa sabes Javier, que me encanta cuando te sales del tema político para contadnos tus reflexiones.
ResponderBorrarY estoy de acuerdo, una vez más, con la que nos cuentas hoy de forma un poco nostálgica. Los libros son, para muchos de nosotros, nuestro refugio y nuestro otro yo. Ese que se oculta tras las palabras de un viejo libro que nos hace imaginar otros mundos. Con ellos aprendemos de la mano de un escritor que juega con nosotros, los lectores. Porque cuando abrimos un libro dispuestos a leerlo ya estamos 'presos' de aquél que lo escribió. Tendrá solo un título, pero será un libro diferente para cada uno de nosotros.
Gran frase, Javier: 'Mi mente es mía, pero el libro es del autor'.
Felicidades :)
No sabes cuanto te agradezco tu palabras.
ResponderBorrarTus escritos me llevan siempre con gran alegría y placidez, incluso huelo los campos y las ciudades por donde pasas y describes. Gracias.
Felicidades a ti por deleitarnos