Debemos confiar siempre. No podemos tener dudas si estamos continuamente desconfiando del 'otro'.
Si voy a alguna tienda, por ejemplo a comprar pescado fresco, debo confiar en la persona que me atiende, quiero que sea el pescado fresco y no me lo de casi podrido.
Si voy al banco y le digo al director o la persona que me atienda, que quiero me explique algún producto financiero, quiero confiar en lo que me explica, y no me engañe.
Si entro en una perfumería y pido un desodorante que no tenga alcohol, quiero también confiar en que el producto que demando sea el que le estoy pidiendo.
Confiar en que los políticos que hemos elegido es para que lleven los destinos de este país a buen término. En la vida tiene que abundar la confianza.
Hace unos días estaba en el Hospital para que me hicieran unos análisis, y por supuesto confié en las personas que realizaron el pinchazo en la vena y así obtener las muestras necesarias. También confío en los analistas que hacen sus informes. No se me ocurrió pedir los títulos correspondientes para ejercer sus profesiones.
Pues bien debemos tener la seguridad de que para confiar en los políticos no nos tienen que engañar y si no hacen su trabajo adecuadamente tendríamos que tener una ley para que los ciudadanos pudiéramos denunciar y retirarlos del cometido que les hemos dado.
Para tener confianza, hay ganársela. Pues eso, confianza.
Gracias Manuel
ResponderBorrarMuy acertado, como siempre
ResponderBorrarMuchas gracias
ResponderBorrar¿ Como tenemos que tener confianza en un gobierno que no ha hecho otra cosa que mentirnos? ¿No lo ves tú así, amigo Javier? ¡¡Nunca le perdonaré a Mariano Rajoy, el saqueo contínuo que nos sometió en esta última legislatura, cuando prometió todo lo contrario.
ResponderBorrarUn abrazo.