Clamores

domingo, 8 de diciembre de 2013

Cuando el mar te mira


Contemplando una de mis últimas acuarelas me he dado cuenta, que cuando en su día estaba pintando pensé en su momento que quería trasladar al papel lo que yo estaba sintiendo mirando al mar, intentando sacar lo que me estaba 'diciendo' el mar y su entorno.

Estaba tan empeñado en trasladar lo que en esos momentos sentía, que cuando terminé de realizar esa acuarela, recuerdo que pensé 'qué suerte tengo de poder mirar este mar'.

Y me fui tan contento con lo que había logrado trasladar al papel.

Ahora repasando mis dibujos, óleos y acuarelas que he realizado durante algunos años, reparo en una acuarela, que ahora  noto tiene algo especial, tan especial que hoy la pongo en mi 'clamor', para que observada con detenimiento, he de decir  y lo escribo que  en realidad el mar me estaba mirando.

No es que sea inmenso el mar, que lo es, es algo que ahora no consigo expresar para trasladarlo aquí en estas notas; de verdad no me salen las palabras que yo quisiera poner.

Lo siento pero si alguno de los que leéis mis escritos podéis explicármelo os agradeceré esas palabras que no consigo encontar.

Lo único que puedo escribir es...cuando el mar te mira.

14 comentarios:

  1. Recuerdo que el primer fin de semana que tuve después de sacarme el carnet de conducir cogí mi coche un seat 127 rojo y con mucho miedo, porque iba sola, me fui a Port Saplaya. Estaba cerca de donde yo vivía. Tomé un camino de tierra con mucho cuidado, un camino que aún utilizan los pescadores. Era diciembre, 1986. Y hacía mucho frío. Busqué un lugar donde las rocas que utilizan para romper las olas no me taparan el mar. Y allí, escuchando a los Dire Straits, me pasé toda la tarde mirando el mar. Y sentí una inmensa paz. Muchísima tranquilidad. Mis pensamientos se perdían y aquello me gustó. Desde aquel día, todos los fines de semana, fuera sábado o domingo por la tarde, abandonaba los estudios para irme sola a aquel rincón que fue mi cobijo durante algún año más. Y...Bueno, ahora ha dejado de ser secreto porque me apetecía contártelo. Inmensa paz

    ResponderBorrar
  2. Marian, no sabes cuanto me alegra que me hayas escrito esto. Se que tienes una forma de mirar las cosas muy especial, lo dicen tus escritos, lo vives y trasladas ese espíritu en ellos.
    Tengo la fortuna de haber hallado en este mundo. Gracias. Hoy me apetecía sincerarme con esta acuarela mía e intentar expresar esa paz y tranquilidad cuando te mira el mar...

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Creo que ni mis palabras sabrían expresar lo que se siente. La inmensa paz hay que vivirla. Las palabras, los colores, las formas son solo una forma de intentar describir lo que surge desde dentro de cada uno de nosotros. El azul siempre ha sido mi color preferido y el agua mi elemento. Azul y agua se fusionan en el mar. Y al verlo, siento mucha paz y seguridad.
      Es mutua la fortuna de habernos conocido.
      Gracias

      Borrar
    2. Gracias, esa fortuna mutua, no nos la pueden quitar. Gracias Marian.

      Borrar
  3. Estar cerca del mar, mirarlo, me produce una gran paz, mis pensamientos vuelan, mi cuerpo flota, me dejo abrazar por el. Me siento tan pequeña, tan plena q puedo pasar horas sin sentir q pasan, estando pero no estando. Sentimientos indescriptibles dificil de lograr en cualquier otro lugar. Voy a seguir mirandolo.

    ResponderBorrar
  4. Gracias, María, por tu descripción, es exactamente todas esas cosas que dices...y que yo intento decir que me está mirando...

    ResponderBorrar
  5. Amigo Vicente: La mar, así la llaman los pescadores, habla con una voz que te traslada al infinito, a la eternidad. Su belleza, tanto cuando está en calma, o ruge, le transporta a uno a pensar en lo hermoso que es el vivir. ¿Qué sería de nuestro universo, si no existiese la mar?

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Miguel Ángel. Estuve a punto de titular esta reflexión "Cuando la mar te mira". No seríamos nada sin la mar... y ella nos contempla...

      Borrar
  6. Amigo Javier: después de ver los otros comentarios, por cierto, bellísimos, tengo que decirte que, no tengo palabras para expresar esa maravilla de la naturaleza que es: "la mar". ¿Cómo voy a expresar esa inmensidad del océano?, o ¿ la bravura y grandeza de sus enormes olas, cuando la mar parece que se cabrea?, o ¡¡ la delicadeza de la brisa que nos regala, una calurosa tarde de verano!. Y cómo no, en un atardecer, caminando una pareja de enamorados por la misma orilla, donde se respira un olor embriagador y a la vez cómplice con los enamorados diciéndoles: ¡¡ "Dichosa juventud, amaros, la vida es bella, podéis venir todas las tardes, os estaré esperando calmado y plácido"!!.
    Un abrazo.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Amigo Vicente, gracias por tu comentario, es siempre de agradecer que me dediques tu tiempo. Hoy realmente ha sido un día espléndido para mi. Todos habéis sido magnánimos con vuestras reflexiones.
      De verdad, me siento muy feliz.
      Un abrazo

      Borrar
    2. He estado meditando sobre lo de que mira el mar, lo he estado contemplando, y a mi no me mira, es más, he sentido la sensación como si de lo que quisiera fuera engullirme...lo que sí siento cuando contemplo este Mediterráneo cercano es la sensación de que esconde mil historias, como me dijo una vez un arqueólogo marino "el Mediterráneo es un charco que transmite culturas", y a veces me quedo embobada, frente al embarcadero Romano -los restos, porque aparte de los siglos, el PP se encargó de destrozarlo, y sepultar bajo bloques de hormigón sus piedras hasta pilas de garum- pensando en las tirremes aque arribarían a él, y me parece estar viendo a sus tripulantes afanádose en sus quehaceres. Esa sensación de que el mar nos mire no la he sentido nunca, pero tu posteo, alejado por una vez de la crueldad de los acciones del Gobierno me ha conmovido. Expresas muy bien lo que sugiere el mar, con la sensibilidad del artista que eres. Un abrazo.

      Borrar
    3. Querida Luisa, tus comentarios me hacen siempre reflexionar y mucho, eres una hábil periodista que sabe muy bien como tiene amueblada su cabeza. Tu me hablas del Mediterráneo y yo, aunque lo hice en Galicia, te hablo de la inmensidad del mar, de la mar de los pescadores de los sufrimientos que se reciben de ese mar que como bien dices todo lo engulle.
      Me dí cuenta de que me estaba mirando, pero ahora después de verlo de nuevo, repasando mis dibujos, óleos,apuntes, en definitiva repasando mis ánimos...qué cosas digo... y me dije, me está mirando continuamente...
      Muchas gracias por tu comentario, que siempre saco algo importante de lo que expresas.
      Un abrazo

      Borrar