Mi vida privada es mía y de quien yo elija, también es privada entre ellos y yo. Siempre he pensado y defendido que la vida pública es de todos, pues es evidente que para eso es vida pública.
El problema que se plantea con un cargo público, es que en cuanto toma posesión del mismo su vida ya es, digamos global y por tanto de alguna manera es vida privada de todos ya que decide por sus votantes y también vela por ellos.
Lo que el cargo público haga, incumbe a todos y eso es por tanto la suma de nuestras vidas privadas, pues decisiones que tomará, afectarán para bien o para mal a nuestras vidas privadas.
Es más, creo que un cargo público no puede tener vida privada, es en cierto modo una disolución que aboca a una vida sólo pública, es decir ya no tiene vida privada. Es sencillo de comprender. Cualquier decisión que tome un cargo público, tiene que saber que debe y tiene que ser un ejemplo para todas nuestras vidas en general. En realidad su vida pública se convierte en todas las vidas privadas de sus ciudadanos.
Así pues, esto es lo que pienso: hay que tener una vida privada, pero sabiendo que todos los ojos privados están escrutando y por tanto el que nos dirige (cargo público) es y debe ser ejemplo para los ciudadanos en general.
Cuando hacemos cualquier gestión en una institución pública, no se nos ocurre ir con un escrito diciendo lo que he hecho (privadamente) ese día con peros y señales y entregarlo para pagar, por ejemplo, el impuesto que el cargo público nos dice tenemos que pagar. En este caso, me guardo muy bien de no airear mi vida privada, por supuesto.
Un cargo público tiene que saber que existe una ley, quizás no escrita, pero que hay que acatar a rajatabla, pues puede ocurrir que si no se procede como es debido,se acabará difuminando lo público con lo privado y al contrario, lo privado se fundirá con lo publico, y eso se transformará seguramente mi vida privada.
Hagamos las cosas de la vida cotidiana privada como si fueran las cosas de la vida pública.
Algo así como si fuera mi vida pública proyectada en mi privada.
Hagamos las cosas de la vida cotidiana privada como si fueran las cosas de la vida pública.
Algo así como si fuera mi vida pública proyectada en mi privada.
A tener en cuenta. un saludo.
ResponderBorrarGracias.
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ResponderBorrarAmigo Javier, no tengo claro cual es el mensaje que dejas con lo privado y lo público; si te refieres a nuestros gobernantes, ellos son los primeros que no creen en lo público, a la vista está con las privatizaciones puestas en marcha, como sanidad, educación y muchos servicios de ayuntamidntos ya privatizados.
ResponderBorrarSi te refieres a diferenciar entre lo privado y lo público, es evidente que nuestros gobernantes prefieren lo privado, -cuestión de ideología torticera-. Si lo que quieres es mi humilde opinión, te diré: que por encima de ideologías, hay servicios que nunca hay que privatizar, por el bien común y por garantizar la igualdad de oportunidades, predominando que llegue siempre el servicio ante los ciudadanos que, el afán de lucro. Esto es precisamente lo que
nuestros "desgobernantes" no tienen en cuenta.
Hay servicios muy golosos para los depredadores que hay en el PP, son unos irresponsables. El pueblo ya les ha dado un toque de atención en Madrid con la sanidad publica y en Burgos con la paralización definitiva de la construcción del famoso bulevar.
En mi pueblo, en la plaza del mercado también querían hacer aparcamientos subterráneos; toda la vecindad se opuso y no llegó a realizarse; ¡¡los del PP son únicos, lo llevan en los genes, con el tiempo que queda de legislatura, es suficiente para que nos destrocen España!!
Un abrazo.