Ahora y casi siempre existe una palabra que me conmueve, la podemos usar en muchos casos y aconteceres de nuestra vida. Pero ¿tiene margen suficiente?. Esta pregunta interrogante se puede emplear en muchas ocasiones.
Si quieres enterarte de cuánto cuesta comprar una prenda, en principio la cifra que te pone en la etiqueta no dice nada, bueno sí, claro que te lo dice, pero es una cifra que oculta otra, la que a su vez le cuesta al tendero que te la vende.
Pero aquí no termina la cosa, si sigues preguntándote que le costó al fabricante dicha prenda hasta que sale de fábrica, entonces tienes infinidad de personas que harán la pregunta: ¿qué margen tengo?
Pero este ejemplo que he puesto naturalmente es muy elemental, pero ya vemos que el margen que tengo para seguir escribiendo sobre esta palabra es muy amplio.
Si nos centramos en temas políticos, entonces nos puede ocurrir algo que puede parecer exagerado, pero al final, seguramente no lo es; podemos calcular cuántas variaciones de probabilidades se pueden formar.
Nos podemos imaginar la cantidad de veces que las formaciones políticas y sus integrantes se habrán preguntado qué margen tienen para obtener cualquier objetivo que se planteen.
¿Qué posibilidad tengo de obtener que para mi sea prioritario? Inmediatamente me preguntaré el margen que tengo para obtenerlo.
Entonces viene una serie de encadenamientos en modelos de decisiones y eso lo saben muy bien los integrantes del equipo de Luis Siñol. Deliberadamente he pasado del concepto 'margen' al concepto 'decisión'
Y todo esto es tanto como decir que la vida en general es una concatenación de decisiones que desembocan quieras o no en probabilidades de que hechos ocurran con un margen.
La verdad amigo Javier, creo que me has dejado poco "margen" para que explique mi comentario a cerca de tu escrito sobre el margen Ja ja ja ja. ¡¡No sé qué decirte, todo es broma!!.
ResponderBorrarRecibe un fuerte abrazo.
Gracias amigo Vicente
ResponderBorrarUn abrazo