Cuando escribo esto, ya quedan menos horas para terminar el año 2014. Se sitúa entre nosotros, silencio.
Silencio, que se ve prolongado seguramente por los pasillos de nuestras mentes que recorren fugaces los albores de nuestra memoria.
Silencio, para dejar sin ninguna señal posible, cuál fue nuestro mejor momento, ese que seguramente escribiríamos con letras de oro en nuestra piel, para que nadie escape al olvido.
Levanto la vista del papel donde reflejo mis pensamientos, y quiero, en mi pantalla particular de mi memoria, fijar siquiera un momento espléndido de mi vida.
Silencio. Me dice mi máquina de imágenes pasadas que rebobinan con ahínco mejores tiempos, y a duras penas consigo que queden reflejadas algunas escenas que me hagan avergonzar.
Silencio. Quiero ver si mis naufragios han tenido hechos colaterales que puedan haber provocado sufrimientos a los que me soportan. Eso me duele, pensar que hayan sufrido por mis sufrimientos.
Silencio. Quiero escuchar, aunque sea levemente, algún saludo auténtico, ese recuerdo que me diga: al menos lo intentaste y por ello mereció la pena.
Silencio. Necesito silencio, hasta oír el martilleo de mi corazón y saber que aún se pueden hacer cosas buenas y que al menos alguien, haya podido disfrutar.
Quiero que la gente me grite con todas sus fuerzas para saber que lo que acabo de escribir es, silencio.
Silencio. Quiero escuchar, aunque sea levemente, algún saludo auténtico, ese recuerdo que me diga: al menos lo intentaste y por ello mereció la pena.
ResponderBorrar...........aqui lo tienes.
Y a quien no le guste tu "silencio" que se aparte; así deja más espacio a todos aquellos que lo disfrutan y se nutren de él.
Muchas gracias, amigo Luis. Me has entendido perfectamente.
ResponderBorrarUn abrazo
Los silencios suyos, a los que entendemos la bondad del ser humano, no hace sino que le admiremos cada vez mas por enseñarnos algo cada dia y sin duda siempre sera mejor que lo anterior ,lo que nos llena de gozo cada dia mas,su mas
ResponderBorrarMuchas gracias Germán por tu comentario. Muchas gracias
ResponderBorrarAmigo Javier. Apelas contínuamente al silencio. Silencio que necesitamos a veces para meditar y poder encontrar respuestas a muchas de nuestras inquietudes, que en tu caso me parecen de lo más nobles cuando dices: -"Quiero ver si mis naufragios han tenido hechos colaterales que puedan haber provocado sufrimiento a los que me soportan. Eso me duele, pensar que hayan sufrido por mis sufrimientos"-. Y también cuando dices: -"Quieres escuchar, aunque sea levemente, algún saludo auténtico, ese recuerdo que me diga: al menos lo intentastes y por ello mereció la pena"-.
ResponderBorrarCreo que en tu interior y absorto de lleno con el silencio, seguro que oirás voces en tu conciencia que te dirán: -puedes estar orgulloso. En todo el transcurso de tu vida, sólo has sembrado el bien, luego la cosecha no puede ser mala-; en lo que respecta a mi, tienes todo el agradecimiento por ser como eres, no pretendo ser un adulador, sólo digo lo que siento.
A veces, el silencio es necesario para encontrarnos a nosotros mismos.
Un abrazo.
Amigo Vicente, en primer lugar espero y deseo que ya esté totalmente recuperado y haciendo carreras como un chaval. Lo deseo de corazón.
ResponderBorrarMuchas gracias por tu comentario de buena gente que eres y que me sobre valoras mucho. Intento pasar por esta vida sin molestar mucho, aunque soy consciente que algunas veces he podido hacer daño, pero eso sí sin saberlo, de eso esto bastante seguro.
Gracias por tu cariñoso comentario que me llena de alegría.
Un abrazo grande y sincero, amigo.